Enfermedad de Lyme

Agente causal:

Debido a una bacteria espiroqueta del género Borrelia. Se sabe que tres especies de Borrelia causan la enfermedad de Lyme: Borrelia Burgdorferi, Borrelia Garinii y Borrelia Afzelii.

Epidemiología :

La enfermedad de Lyme se transmite por picaduras de garrapatas. Predomina en el hemisferio norte. Todas las actividades que provocan una picadura de garrapata son fuentes de la enfermedad de Lyme.
La frecuencia real de esta patología es poco conocida (particularmente en Francia).
El reservorio de gérmenes es muy amplio ya que incluye mamíferos, aves e insectos, incluidas las garrapatas.
Parece que una patología similar está reapareciendo actualmente en Europa: la fiebre recurrente transmitida por piojos. Está relacionado con Borrelia Recurentis y se transmite por la picadura de piojos del cuerpo (distintos de los piojos del cuero cabelludo). Su reaparición está ligada a la migración actual en condiciones higiénicas a veces deplorables.
Después de la contaminación por picaduras de garrapatas, la enfermedad de Lyme progresa en 3 fases: fase primaria, fase secundaria y fase terciaria.

Clínica:

Fase primaria: eritema crónico migratorio (ECM).

Comienza entre 3 y 30 días después de la inoculación del germen.

Eritema migratorio
Eritema migratorio

Inicialmente es una pequeña pápula o mácula roja, ligeramente inflamatoria, centrada en el punto de la picadura de la garrapata. La lesión evolucionará agrandándose de forma más o menos redonda hasta alcanzar un tamaño de 20 a 30 cm (a veces más). el centro es más claro que el periférico. La ECM no produce prurito y dura sólo de 3 a 4 semanas si no se trata. Puede ir acompañado de manifestaciones generales como fiebre, dolor de cabeza, artralgias, mialgias. A veces, la linfadenopatía satélite se encuentra junto a la MEC. Esta MEC es típica de la enfermedad de Lyme pero lamentablemente es inconsistente o pasa desapercibida (cuero cabelludo) debido a su pequeño tamaño.

Fase secundaria :

Aparece sólo en ausencia de tratamiento de la fase primaria. En las semanas o meses siguientes a la fase primaria. Puede presentarse con daños neurológicos, reumatológicos, más raramente cardíacos, oculares, cutáneos, hepáticos y/o renales. Las diferentes formas que se describen a continuación se pueden combinar entre sí.

Daño neurológico: neuroborreliosis temprana

Aproximadamente el 15% de las enfermedades de Lyme.

La meningoradiculitis representa 2/3 de las manifestaciones del neurolyme.

Se presenta en forma de lesión radicular dolorosa con alteraciones de la sensibilidad y en ocasiones de la motricidad, generalmente en la zona de la picadura de la garrapata pero no necesariamente. En esta fase encontramos daño axonal aislado sin daño desmielinizante. En esta forma, suele haber un daño meníngeo discreto (a veces dolor de cabeza y fiebre) evidenciado por la punción del líquido cefalorraquídeo que revela una reacción celular moderada con predominio de linfocitos, hiperproteinarquia moderada y sin cambios en la glicoraquia. El daño a los nervios craneales es relativamente común con predominio del nervio facial (el 50% de las parálisis faciales en niños está relacionada con Lyme). Es posible dañar otros nervios con neuralgia facial, diplopía, síndrome vestibular, neuritis retrobulbar, etc.

La meningitis aislada es rara:

Se manifiesta con fiebre y dolores de cabeza crónicos de intensidad moderada.

La mielitis también es rara:

Se manifiesta como paraparesia y trastornos del esfínter. La resonancia magnética espinal posiblemente pueda detectar hiperseñales en la médula espinal.

La encefalitis también es muy rara:

Se manifiesta como dolores de cabeza asociados al síndrome confusional. A veces se asocia con epilepsia. La resonancia magnética cerebral puede encontrar áreas de hiperseñal. En todos estos cuadros la punción lumbar suele ser positiva y ayuda a orientar el diagnóstico.

Trastornos reumatológicos:

Llega al 15% de los pacientes. Aparece de 2 semanas a 2 años después del inicio de la enfermedad. Se trata de una artritis típica, aislada la mayor parte del tiempo, de una articulación grande (la rodilla suele ser la más afectada). La artritis progresa durante varias semanas con fases de remisión más o menos completa.

Trastornos dermatológicos:

El eritema migratorio crónico puede reaparecer en varios lugares y desarrollarse en forma de brotes recurrentes.
Puede aparecer una lesión rara pero típica: el linfocitoma borreliano que aparece en promedio 1 a 2 meses después de la picadura de la garrapata. Es una placa o nódulo infiltrado de color rojo rosado a marrón violáceo. Muy a menudo localizado en el lóbulo de la oreja en los niños, se encuentra en el tórax, la hélice de la oreja, la cara y la piel de los testículos en los adultos.

Daño cardíaco:

Es raro y aparece dentro de las 4 semanas posteriores a la ECM.
Se trata de una miocarditis que suele ser asintomática y es responsable de los trastornos de la conducción.
En algunos casos el ataque es sintomático con síncope y malestar. Son raros los pacientes que deben beneficiarse de un marcapasos dada la gravedad de los trastornos de la conducción.

Daño ocular:

es raro y puede afectar a todas las estructuras oculares y provocar una reducción de la agudeza visual, dolor ocular, diplopía, etc.

Fase terciaria:

Esta fase es motivo de controversia, el paso de esta fase a una entidad denominada síndrome post Lyme es en ocasiones difícil de objetivar. Los mecanismos de daño durante esta fase son controvertidos: podría ser un ataque infeccioso directo o incluso un ataque inmunológico indirecto. También se incrimina la asociación con otros patógenos inoculados durante la picadura de garrapata. Las manifestaciones son polimorfas y podríamos llamarlo el gran simulador, como lo fue en su día la sífilis. Las observaciones clínicas típicas de la fase terciaria incluyen:

Daño neurológico: neuroborreliosis tardía

Aparece más de 6 meses después de la picadura de la garrapata.

La encefalomielitis crónica presenta un cuadro de daño medular con paraparesia, trastornos sensoriales, ataxia, trastornos esfinterianos. Signos de encefalitis con trastornos cognitivos, especialmente de memoria, síndrome piramidal, síndrome cerebeloso. A veces hay daño asociado a los pares craneales. Exámenes adicionales encontraron hiperseñales T2 en la médula espinal y el cerebro en la resonancia magnética. En la punción lumbar se encontró líquido celular espeso con linfocitos con alto contenido proteico (35 g/l) y glucoraquia normal.

También se describen polineuropatías axonales sensoriales con daño predominante en las extremidades. Asocian el dolor distal con trastornos de sensibilidad. A menudo se asocian con trastornos dermatológicos. La punción lumbar en este caso es mucho menos patológica (pocas células, pocas proteínas).

Daño dermatológico:

La acrodermatitis atrófica crónica es una afección poco común. Comienza varios meses o años con una inflamación con un eritema azul violáceo infiltrado. Las ubicaciones pueden ser múltiples. La evolución es hacia una piel atrófica, brillante, fina como papel de fumar. La asociación de piel atrófica y nuevas lesiones inflamatorias tiene un valor orientativo. El diagnóstico se realizará mediante una biopsia de piel, especialmente en la zona inflamatoria. Este daño en la piel puede estar asociado con déficits sensoriales. También se puede encontrar linfadenopatía satélite.

Daño reumatológico:

Encontramos los mismos signos articulares de la fase secundaria que tienden a cronificarse. Esto se asocia con daño muscular difuso o localizado.

Síndrome post Lyme:

Corresponde a la asociación:
– astenia,
– dolor difuso,
– problemas de memoria y atención
presuntamente tras una infección previa por Borrelia burgdorferi documentada biológicamente y tratada adecuadamente.

Se oponen dos visiones de este síndrome:

IDSA – Sociedad Estadounidense de Enfermedades Infecciosas (IDSA)
Varios argumentos nos llevan a no aceptar la responsabilidad de una infección activa por Borrelia burgdorferi senso lato en este síndrome:
– un examen neurológico normal,
– la ausencia de anomalías cognitivas objetivas,
– la ausencia de anomalía biológica del LCR y la ausencia de eficacia en la reanudación del tratamiento con antibióticos

ILADS – Por otra parte, varios grupos de médicos de todo el mundo, en particular la Sociedad Internacional de Lyme y Enfermedades Asociadas (ILADS), creen que la enfermedad de Lyme es una enfermedad mucho más compleja. Afirman haber observado, en su experiencia clínica, las deficiencias de las directrices oficiales, a veces contrarias a la lógica. Para ellos, los análisis no son confiables, por la abundancia de causas; la clínica es el elemento principal para el diagnóstico. Asimismo, se plantea la hipótesis de las coinfecciones para explicar el desarrollo del síndrome post-Lyme. La enfermedad de Lyme requiere tratamientos largos e intensivos hasta que desaparezcan todos los síntomas. El síndrome post-Lyme es una infección real que se ha vuelto crónica y tratable con tratamientos a largo plazo. Estos médicos son seguidos por muchos pacientes y asociaciones de pacientes de todo el mundo, que dicen curarse con estos métodos, a diferencia de los métodos tradicionales.

Un estudio realizado en 2011 encontró anticuerpos contra una proteína bacteriana presente en pacientes con síndrome post-Lyme (Nature Publicado en línea el 5 de agosto de 2011 doi:10.1038/news.2011.463 “Antibodies related to long-term Lyme síntomas”).
Este hallazgo sugiere que estos pacientes experimentaron una infección prolongada debido a un tratamiento ineficaz o después de una reinfección no tratada. De hecho, los anticuerpos se dirigen a varios epítopos de la proteína VIsE situados en la superficie de la bacteria.

 

Dolor cronico